El khöl, no solo es cuestion de belleza.

 

Todas conocemos y usamos en mayor o menor medida el Khöl o como lo conocemos ahora, eyeliner o lápiz de ojos.

Pues este producto milenario ya se usaba en el Antiguo Egipto, en los pueblos mesopotamicos y en el sur de África.

Los usos varían dependiendo de la zona y de las costumbres de los lugareños pero por ejemplo en el Antiguo Egipto lo usaban tanto hombres como mujeres y a parte de marcar los ojos y resaltarlos, tenia una función desinfectante y fungicida. Era una forma de proteger los ojos de posibles conjuntivivitis.

Por otro lado, para los pueblos del sur de África también lo usaban para protegerse del sol pero además era costumbre aplicárselo a los niños para así protegerlos de los malos espíritus.

El uso del khöl, ha ido evolucionando por todos los pueblos de la humanidad, aunque es necesario resaltar que en la Edad Media se pierde esta costumbre ya que no había un especial cuidado ni en la imagen ni en la salubridad.

Se retoma el contacto con esta tradición en el Renacimiento, cuando surge un gusto desmedido por los perfumes, el maquillaje, las telas, los bordados...

Pero el pueblo que mayor esplendor le devolvera al eyeliner es el árabe. En el mundo musulmán este producto lo usaran hombres, mujeres y niños sin impedimento de la edad. Sobre todo lo usan para fiestas, bodas... con el fin de marcar los ojos y llamar la atención hacia ellos y como un signo de vencer a los malos espíritus.

No podemos olvidar, sin embargo, el gran impacto que suspuso en la industria del cine y que gracias a él se hizo tan famoso. ¿O es que acaso podemos olvidar a Audrey Hepburn y su mirada angelical o, por otro lado, a Marilyn Monroe y su mirada explosiva?

Actualmente este producto tiene una gran acogida y esta en primera fila dentro de los productos cosmeticos ya que, ¿quién no busca una mirada felina para esa fiesta, esa cita o simplemente para destacar entre la multitud?